Enero17

martes, 1 de diciembre de 2015

Púchica 2 mil salvadoreñismos al diccionario.

Una cantidad importante de expresiones distintas provenientes de América han sido incluidas en la RAE. La vigésimo tercera edición del DRAE es la más extensa en su historia, con 93 mil 111 entradas publicadas, y entre ellas destacan las palabras para nombrar unos 2 mil volados salvadoreños.

Púchica, maje, tetelque y unos 2 mil salvadoreñismos más comparten encuadernado desde octubre 2014 con otras 93 mil palabras aprobadas por la Real Academia Española. Esta edición, la más digital en la historia de la institución, tomó 13 años de consenso entre academias, entre ellas la salvadoreña, que acogió su presentación en San Salvador la semana pasada.

El evento estuvo presidido por Darío Villanueva, director de la RAE, quien aseguró que “representa un cambio absolutamente trascendental” porque se trata de la primera construida digitalmente, ya que hasta entonces se habían utilizado los recursos informáticos para hacer el diccionario que iba a ser un libro.





Darío Villanueva, director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española.



Han pasado trece años desde la última vez que la Academia que “limpia, fija y da esplendor” al español publicó un diccionario que actualizara las acepciones de las palabras que utilizamos a diario para comunicarnos, así como para ponerse al día con los términos de las nuevas tecnologías, jubilar las desfasadas y sacar de sus páginas el sexismo. En esta nueva edición hay espacio para frikis, blogueros, hackers y amigovios; se ha incluido que el matrimonio ahora también puede ser entre dos personas del mismo sexo, y se dejaron por fuera las concepciones de que ser gallego implica ser tonto y tartamudo, así como que “conocer carnalmente a una mujer” es sinónimo de gozar.

El espanglish también ha sido retomado en las 22 academias que existen en hispanoamérica, quienes decidieron superar el impasse adaptando una grafía en español para establishment, tuitear y tableta, mientras que sugiere el uso en cursiva de otras como affaire.

¿Pero de qué depende la constancia con la que se publica cada nueva edición? Pasó más de una década para que la RAE fijara postura sobre el idioma de manera oficial. Al respecto, Villanueva, quien tomó posesión como director de la institución el 15 de enero de este año, pide que no se pase por alto que en todo ese tiempo, además de tener sobre la mesa la discusión de esta actualización, se han publicado el Diccionario del estudiante y el Diccionario panhispánico de dudas (2005), la Nueva gramática de la lengua española (2009) y la Ortografía (2010). “Todo depende de la complejidad de los trabajos. (Y) puede creerse que esta vez nos hemos demorado mucho, pero hay que entender que entre medias hicimos todo eso que nos distrajo de concentrar todos nuestros recursos en el diccionario”.

Sobre la importancia de hacer una presentación cada vez que se publica una nueva edición, la escritora y académica Carmen González Huguet explica que tanto el trabajo de la RAE como la coordinación con la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) implica un gran esfuerzo por conservar la unidad de la lengua, un activo que no comprendemos toda la dimensión que tiene”. La importancia va desde lo económico hasta la movilización por los países de hispanoamérica, ya que “desde el punto de vista económico, facilita las relaciones comerciales. Eso tiene un valor económico de millones de dólares. Pero no solamente eso, sino que podemos viajar desde Norteamérica hasta el cono sur sin cambiar de lengua”.

Esta es la segunda vez que un director visita la sede de la Academia Salvadoreña de la Lengua. Ya en 2004 lo había hecho Víctor García de la Concha, para inaugurar la antigua casa Dueñas como la Casa de las Academias, que fue restaurada, en mayor parte, por España. Y aunque es la primera vez que se presenta en San Salvador la actualización de la ópera prima de la Real Academia, el inmueble también fue escenario de la presentación en sociedad del Diccionario de americanismos en 2010. De las 19 mil palabras que lo conforman, cerca del 10 % son salvadoreñismos. Y eso no es ninguna casaca.

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