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viernes, 24 de julio de 2015

La guerra del fútbol en El Salvador.





La guerra de cien horas entre Honduras y El Salvador, que erróneamente fue conocida en el mundo como "La guerra del fútbol", es conmemorada hoy en los dos países centroamericanos, que además de vecinos, son los que tienen más nexos familiares en la región.

La guerra la inició El Salvador el 14 de julio de 1969 hacia las 6:00 p.m. por un centenario contencioso limítrofe y migratorio.

El conflicto, que globalmente dejó en ambos países unos 5 mil muertos y muchos heridos, según apuntes históricos, separó a Honduras y El Salvador durante 11 años, hasta 1980, cuando sus gobiernos suscribieron en Lima, Perú, un tratado de paz con la mediación del jurista internacional José Bustamante y Rivero.


Como los dos países no resolvieron bilateralmente el contencioso después de los cinco años siguientes al tratado de 1980, el caso lo llevaron a la Corte Internacional de Justicia, que falló el 11 de septiembre de 1992 confirmándole a Honduras dos terceras partes de unos 420 kilómetros cuadrados que estuvieron en litigio.




El alto tribunal de justicia también definió la frontera común entre los dos países, aunque El Salvador, país con 21 mil kilómetros cuadrados, demoró cuanto quiso la demarcación, según reclamos oficiales de Honduras, con 112 mil 492 kilómetros cuadrados.




FÚTBOL Y TENSIÓN




La guerra se dio después de tres partidos eliminatorios para el Mundial de México 1970, al que clasificó El Salvador. El primer juego, en Tegucigalpa, lo ganó Honduras (1-0); en el segundo, en San Salvador, se impusieron los salvadoreños (3-0), lo mismo que en el tercero, de desempate, en México (3-2).




Los partidos en Tegucigalpa y San Salvador se jugaron en un ambiente de mucha tensión y hostilidad para las selecciones de los dos países, lo que también trascendió al mundo.




El periodista polaco Ryszard Kapuscinski, quien entonces residía en México, fue alertado por su amigo Luis Suárez de que una guerra asomaba entre Honduras y El Salvador, según relató el comunicador en su libro "La guerra del fútbol", que contiene una serie de reportajes sobre sus múltiples coberturas en el mundo.




"Hoy a las seis de la tarde empezó la guerra entre El Salvador y Honduras la aviación de El Salvador bombardeó cuatro ciudades hondureñas. Al mismo tiempo las tropas de El Salvador violaron la frontera con Honduras intentando penetrar en el interior del país", informó Kapuscinski en su primer despacho desde Tegucigalpa.




Agregó que "en respuesta al ataque del agresor la aviación de Honduras bombardeó los más importantes centros industriales y objetivos estratégicos de El Salvador y las fuerzas terrestres emprendieron acciones defensivas".




Según relata Kapuscinski en su libro, editado en marzo de 1992, él era el único corresponsal extranjero en Honduras cuando inició la guerra. Llegó a Tegucigalpa el mismo día que comenzó el conflicto.




En aquellos años los medios internacionales más importantes cubrían Centroamérica con sus corresponsales asignados en México o Panamá.




Kapuscinski, fallecido en enero de 2007 a los 74 años, considerado el mejor periodista de su país en el siglo XX y "el padre del reportaje", relató lo duro que vivió en el sur y occidente de Honduras cubriendo la guerra. Entonces, Honduras era gobernada por el general Oswaldo López Arellano, y El Salvador, por Fidel Sánchez Hernández.




El laureado periodista polaco destaca en su libro que "el fútbol ayudó a enardecer aún más los ánimos de chovinismo y de histeria seudopatriótica, tan necesarios para desencadenar la guerra y fortalecer así el poder de las oligarquías en los dos países". "El Salvador fue el primero en atacar. Tenía un ejército mucho más fuerte y contaba con una victoria fácil", añade el reportaje.




El periodista señaló además que "los dos gobiernos estaban satisfechos de la guerra, porque durante varios días Honduras y El Salvador habían ocupado las primeras planas de la prensa mundial y habían atraído el interés de la opinión pública internacional".




"Los pequeños países del Tercer Mundo tienen la posibilidad de despertar un vivo interés sólo cuando se deciden a derramar sangre. Es una triste verdad, pero así es", concluye diciendo Kapuscinski.


La guerra entre Honduras y El Salvador, que finalizó el 18 de julio de 1969 tras la mediación de la Organización de Estados Americanos (OEA), fue la última en el mundo con aviones de pistón, tipo "Corsarios" que tenían ambos países. El Salvador también disponía de unos Mustang.


Fuente: Internet.

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